Pienso que merece la pena, si tenéis un rato y os
interesa las cuestiones que
aborda esta excelente película, que leáis sus reflexiones sobre todo aquellas
personas que se dedican o se dedicarán a la docencia. El motivo de esta entrada
es resaltar la figura de Helen, una niña salvaje que su principal diferencia
entre el ser humano y los animales es el lenguaje.
“Crecí salvaje y
desbocada, riendo y cacareando para expresar placer, pataleando, arañando,
emitiendo los sofocados chillidos del sordomudo para indicar lo opuesto”
Helen Keller, The
story of my life
La película
“El milagro de Ana Sullivan” trata de la vida de Helen Adams Keller. Fue una escritora, oradora y activista
política sordociega estadounidense. Con diecinueve meses, sufrió una
grave enfermedad que le provocó la pérdida total de la visión y la audición.
Los padres cansados de que la niña sea maleducada, quieren enviarla a una
escuela de Boston o que traigan a una institutriz a su hogar para que la
eduquen y logre un avance en la educación especial.
Ana
Sullivan, la institutriz, sufrió una dura infancia al diagnosticarle ceguera a
la edad de nueve años y permanecer en un internado con su hermano Jimmy que
padecía una tuberculosis ósea en la cadera y andaba con muletas. Ana le enseña
las palabras con ayuda del lenguaje de sordomudos. Durante el almuerzo, la niña
coge de los platos y Ana no le deja que coja del suyo.
La educadora
insiste en que no hay que complacer sus caprichos. Después de tanto sacrificio
consigue que Helen coma de su propio plato con cuchara.
El padre de
Helen decide que la educadora abandonara el hogar, su mujer le convenció para
que no la echara y le diera otra oportunidad con la condición de que Ana se
encargara de cuidarla día y noche en otro lugar sin acudir a los mimos de sus
padres para que así aprenda a cómo comportarse adecuadamente en un plazo de dos
semanas. Ana utiliza a Percin, el hijo de la cocinera, para que toque a Helen y
le enseñe el lenguaje de sordomudos ya que ella le evita. Cuando Ana le enseña
el lenguaje a Percin, Helen se pone celosa y quiere que ella le enseñe el
lenguaje. Ana le enseña cada día nuevas palabras con el lenguaje de sordomudos,
pero aún no entiende su significado. Se va acercando el final del plazo y Anna
no logra que Helen asocie las palabras que aprende con el objeto.
Ana se
siente frustrada por no conseguir su objetivo de enseñar el lenguaje a Helen ya
que sólo ha conseguido que sea obediente. Cuando Helen regresa a su casa vuelve
a repetir la misma situación: pataleos, rabietas, no comportarse bien en la
mesa…
Ana
interviene en la educación de la niña, aunque el padre no está de acuerdo
porque quiere que esté consentida por el hecho de ser ciega. Ana se lleva a
Helen a echar agua en la jarra. Mientras Ana saca agua, la niña reproduce la
palabra signada a “agua”. Desde ese momento, Helen asocia el significante con
el significado de las palabras que Ana le enseñó. Este nuevo paradigma le
dotará del poder de la comunicación y del lenguaje. Fuente de todo conocimiento
humano.
Finalmente,
Ana permanece con Helen hasta la muerte de esta en
1936.
Se puede observar
durante el film que en la casa trabajan personas de otra raza como criados.
Esto era común en el siglo XIX, el trabajo femenino era doméstico para la gran mayoría
de las amas de cría, las cocineras, las sirvientas y las planchadoras.
Las “amas de cría”
trabajaban además en el campo. Otras cosían ropa para sus amos o se dedicaban a
numerosas tareas para mantener a sus amas.
Las “negras” libres desempeñaban el mismo tipo de tareas que
cuando eran esclavas, es decir, para el servicio
doméstico, durmiendo o no en la casa donde trabajaban recibiendo un salario
mensual al que se le agregaba la comida, la asistencia médica y la vestimenta.
La madre
define a su hija como “anormal” por ser ciega y sorda, algo que lo considero
muy brusco para definir a una persona cuya única falta es padecer una
deficiencia sensorial.
Considero
bastante desacertado el trato de Ana hacia la niña cuando le obliga a comerse
la comida recogida del suelo que previamente había tirado.
En
conclusión, pienso que esta película es un ejemplo de superación y para no
darse nunca por vencido. Tenemos que esforzarnos por lo que queremos y tener fe
en que conseguiremos todo lo que nos propongamos. Sólo podemos rendirnos cuando
todas las posibilidades se agoten y no pensar que todo el esfuerzo desempeñado
ha sido en vano. Ana nos enseña que con la perseverancia de que la niña
aprendiera el lenguaje de sordomudos, consiguió que la niña asemejara las
palabras con los objetos. Además, nunca le importó lo que dijeron los demás y
siempre tuvo fe en que conseguiría sus propósitos. Así, Helen se convirtió en
la primera persona sordociega en obtener un título
universitario. Además, promovió el sufragio femenino, los derechos de los
trabajadores, el socialismo y otras causas relacionadas con la izquierda.
Referencias:
http://edukacine.blogspot.com.es/2008/05/el-milagro-de-ana-sullivan-anlisis.html
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